martes, 20 de enero de 2009

Los nuevos visitantes

En mi casa tengo nuevas visitas, son visitas, sí, porque pronto se van a ir. Las dos por motivos diferentes que voy a explicar en seguida.
El primero que llegó fue el Chompipi, es un guajolote o pavo.  Para el 31 de diciembre trajeron otro también para comerlo, no ví como lo mataron pero sí tuve que cocinarlo, me pareció un poco raro y decidí no comer. Pues a don A. le encantó como quedó y se trajo otro con pretexto de un cumpleaños que habrá pronto.


La razón de llamarlo chompipi, es que antes, cuando niñas, teníamos la tradición de llevar uno a la casa para estas fechas y como cualquier niño, nos emocionábamos. Vino una señora y nos dijo que si le decíamos "chompipi, chompipi, chompipi" él se enojaría y se pondría todo rojo. Lo hacíamos y él en realidad se ponía rojo pero no era por eso, quién sabe. Nos engañó.

El segundo visitante es un pájaro que contruyó su nido en el ciprés que está fuera de la ventana de la cocina, es raro que lo hiciera en un ciprés. Es de esos pajaros muy pequeños y los huevos son tan bonitos. Pequeños y con manchitas.


Es increíble como hacen esos nidos los pajaritos.


Y aquí la pajarita que siempre se vuela cuando uno se acerca, desde lejos lo escucha a uno, pero se queda ahí cerca vigilando su nido.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Chompipi, jaja.

Y qué bonito lo del nido... Cuidadito los tocás porque después el pájarito lo huele y los deja tirados.

Anónimo dijo...

Muy cheveres las visitas...lastima por el individuo que después se ofrecio para la cena.

Mi hermana una vez se dio a a fuga con un fallo que lo querian comer, al final no pudo esconderse y le dieron cruenta muerte al plumífero, aah que sopa mas rica.

Bonito el nido del ave, muy bonito. Mira que ahora tendrás un trio que te pueda cantarte cada mañana, hasta que vuelen.

Un saludo y un fuerte abrazo Bessy.

marcela dijo...

Qué bonitas fotos, me gustaron mucho las del Guancasco también. Te entiendo con lo raro de tener animales enfrente que después uno se come, no ha de ser fácil si uno no tiene la costumbre. Por eso es que los defensores de los animales juran que si uno viera cómo matan vacas o pollos todo mundo sería vegetariano.
Qué bueno, pero qué mal ser citadino...